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miércoles, 6 de marzo de 2013

Amistad, compañerismo y otras relaciones afectivas 

El ser humano, como la mayoría de los animales, es un ser social. Desde su nacimiento está rodeado de personas con las que se inicia su desarrollo comunicativo e interpersonal. A medida que crece, siente la necesidad de relacionarse con otras personas –por lo general de su misma edad– con las que comparte actividades durante ciertas etapas de su vida.

     Toda persona llega a distinguir a una persona especial que le hace sentir comprendida y aceptada y poco a poco se desarrolla entre ambos la amistad, la cual se da con más frecuencia entre personas del mismo sexo, debido a que existe un intercambio de experiencias y sentimientos similares.



 EL RESPETO COMO CONDICIÓN PARA LA AMISTAD
Para tener y conservar un amigo, primero hay comprender que cada individuo es único e irrepetible y que el verdadero afecto implica respeto.
     Cuando la amistad es verdadera, la reciprocidad siempre está presente. Si una persona es verdaderamente amigo o amiga dará lo mejor de sí –sin presionar ni ejercer autoritarismo o chantajear–, sólo por el placer de ser aceptada y respetada como es.
     Sólo entonces es posible decir que alguien tiene un "amigo íntimo", porque la intimidad no necesariamente se refiere a un acercamiento físico o sexual, sino a una relación interpersonal en la que cada uno reafirma su propio valor; por ejemplo, el afecto que se siente por un amigo o amiga, es recíproco; así, ambos saben que su amistad no se basa en aspectos superficiales o egoístas, sino en la sincera preocupación de uno por el bienestar del otro.
     Durante la adolescencia por lo regular se tiene un amigo o una amiga muy especial, con el o la que se convive más de cerca, tal vez una o un confidente a quien revelarle los más íntimos secretos, preocupaciones, esperanzas y deseos, sin temor al rechazo, lo cual es muy importante porque esos apegos ayudan a formar una identidad consistente y afrontar los cambios por los que se pasa durante esta etapa.
Diferencias entre compañerismo y amistad
Todo ser humano forma parte de un grupo, de una comunidad, de una sociedad y necesita de otras personas; es decir, no es un ser aislado, por tanto es importante tratar con respeto y cordialidad a toda la gente que le rodea, independientemente de que sean o no sus amigos.
     La diferencia entre compañerismo y amistad se basa en la intensidad de la relación; por ejemplo: con los compañeros de grupo se puede practicar algún deporte, convivir en reuniones o realizar tareas en equipo, e incluso sentir simpatía por ellos. Pero con los amigos se tiene confianza para dialogar y seguridad para expresarse; ambos se escuchan y comparten puntos de vista, de tal manera que a través del diálogo y el respeto se afianzan lazos de apoyo y solidaridad.
     Sin embargo, esto no implica que las relaciones de compañerismo sean menos valiosas que la amistad. Ambos ayudan al desarrollo psicológico personal de manera saludable e integradora. Llevarte bien con alguien es fácil, basta con dar a las personas el mismo trato con el que se desea ser tratado.
La amistad y la libertad
La amistad es de suma importancia para establecer la identidad personal; esto es, tomar conciencia de saberse y reconocerse distinto a los demás, es una lucha por "descubrirte a ti mismo". Ése es un proceso de maduración en el que los amigos desempeñan una función determinante, porque ser parte de un grupo que se distingue por ciertas características especiales proporciona un sentimiento de pertenencia e integración; evita la angustia de sentirse aislado, lo cual es perjudicial para cualquier ser humano.
     Sin embargo, la necesidad de sentirse reconocido y aceptado por compañeros y amigos nunca debe estar por encima del derecho a elegir lo que se quiere ser o hacer. La identidad se puede afianzar con la práctica de los valores morales inculcados por la familia y la sociedad, los cuales siempre serán respetados por los verdaderos amigos o se puede debilitar con la rebelión y el vandalismo a los que pueden incitar algunas de personas.
     De ahí la importancia de establecer amistad con personas poseedoras de valores y comportamientos similares a los propios. Las conductas negativas se convierten en hábitos que, con el tiempo, pueden acentuarse y causar problemas morales y de salud, como sucede con el uso del alcohol y de las drogas, prácticas que llegan a poner en peligro la vida.
     Entre amigos existen afinidades que comparten cuando practican algún deporte, escuchan música, estudian, se inclinan por determinado tipo de ropa, se expresan de cierta forma, incluso cuando reaccionan de manera parecida ante diferentes circunstancias. A pesar de esas afinidades y similitudes, es importante que la individualidad y la libertad prevalezcan. La verdadera amistad existe cuando los valores éticos y humanos coinciden y se respetan mutuamente.
La amistad, el amor y la madurez
Los conceptos de amistad y amor cambian conforme la gente madura. Para un niño pequeño el interés principal es ser amado y satisfacer sus necesidades; es decir, aún no ama, únicamente responde con alegría y agradecimiento al amor recibido; hasta que –en algún momento de su desarrollo social y psicológico–, por primera vez piensa en dar algo, por ejemplo, hace un dibujo y se lo regala a sus padres; así, su idea del amor comienza a transformarse. Ya no se limita a recibir, siente placer en dar. Cuando llega a la adolescencia, la persona por la cual siente afecto no es únicamente aquella que satisface sus necesidades; ahora las necesidades de alguien más se vuelven tan importantes como las propias. Así se trate de compañerismo, amistad o amor, desarrolla lazos de afinidad, solidaridad, ayuda, afecto, respeto y diálogo.




 LA AUTOESTIMA
Es el aprecio que se tiene por uno mismo, por la dignidad y cualidades personales; la imagen que se tienes de sí y la manera cómo juzga cada uno sus actos; es decir, el propio concepto del valor como persona. Se basa en todas las sensaciones, pensamientos y sentimientos acumulados a lo largo de la vida. Toda esa "cosecha" de experiencias hace reflexionar si se es inteligente o no, carismático o antipático, bien vestido o fachoso, etcétera.
     De acuerdo con lo anterior, la autoestima puede ser positiva o negativa. Cuando es positiva, la forma de comportarse es segura y se actúa con decisión y dinamismo; pero además, se muestra capacidad para defenderse, lo cual es de vital importancia para la supervivencia física y psicológica particular. Cuando la autoestima es positiva, se está consciente de las virtudes y, también, de las fallas de carácter, que son aquellas exageraciones de las virtudes personales; por ejemplo: cuando se confunde la sinceridad con grosería o cuando se justifica la intolerancia o la ira diciendo que se es de "carácter fuerte", etcétera.
     La autoestima es negativa cuando se vive frustrado, la persona siente que vale menos que los demás y eso le hace actuar de tal manera que nunca está satisfecha con sus elecciones, porque no reconoce sus capacidades ni su valor. La autoestima negativa puede hacer mucho daño, porque hace pensar constantemente en lo felices que son los demás, en lugar de pensar en lo que uno puede hacer para estar satisfecho.
Para desarrollar la autoestima
Es posible desarrollar la autoestima positivamente, esforzándose por obtener un promedio de calificaciones más alto, trabajar por la comunidad y ayudar a personas cercanas y, principalmente, seleccionar amigos que piensen en forma positiva y sean responsables. Hablar con los padres respecto a las cosas que incomodan,es importante ya que ellos pueden ayudar a desarrollar la autoestima; resulta de vital importancia establecer metas para cursar estudios de preparatoria y después asistir a una universidad.
     Una vez formuladas las metas, hay que tener siempre en mente que la disciplina ayudará a alcanzarlas.
     La autoestima tiene mucho que ver con el logro de metas personales, pero también influye la opinión de los demás, especialmente de quienes se considera importantes. Si se ha hecho el ridículo frente al grupo, se dijo algo equivocado o se considera que el aspecto personal no corresponde al "modelo social" que tanto atrae al sexo opuesto, no hay por que preocuparse, pues no existe la perfección en los seres humanos. La vida es un proceso de cambios y de aprendizaje constante en el que debe prevalecer el derecho a la individualidad y el respeto a la dignidad.
     Las conductas se adquieren y toda persona cuenta con capacidad para elegir cómo quiere manejar su vida; pero tiene que estar abierto a todas las posibilidades de cambio que se le presentan y escoger las mejores.
     La inseguridad y el deseo de pertenecer y ser aceptado por un grupo son preocupaciones intensas. Posiblemente alguna vez se sienta la presión de los compañeros y por otro lado está la fidelidad a los valores morales propios. Un verdadero amigo no condiciona su amistad, ni obliga a hacer algo con lo que no se está de acuerdo. Para no verse obligado a hacer algo de lo que más tarde se deba arrepentirse, hay que establecer reglas personales con toda claridad. La selección de amistades responsables, que respeten la identidad y los valores individuales son algo positivo.
     Es agradable tener amigos de todas las edades, pero si la de éstos es igual a la de uno seguramente sus necesidades y experiencias serán similares. Un amigo mayor puede ejercer bastante presión para forzar a hacer algo contrario a las propias normas, y entonces el esfuerzo para defender las posiciones personales deberá ser más grande. No hay que olvidar que: cuando la amistad es verdadera, el respeto y la aceptación están siempre presentes, sin condiciones que atenten contra la